Historias y casos reales
Cada paciente de Aúna tiene su propia historiaTe contamos las más destacadas
Primera extirpación de un quiste epindemiano intracraneal en un perro vivo. Solo se había descrito un caso, en un perro ya fallecido.
Un bloqueo cardíaco le causaba intolerancia al ejercicio, desmayos, anorexia y posibilidad de muerte súbita. Hoy tiene una vida normal.
Un tumor óseo maligno le iba a hacer perder su pata. Retiramos el hueso afectado y sustituyéndolo por un implante de titanio a medida.
Nacio sin la parte superior del cráneo, quedando muy expuesto el cerebro bajo la piel. Un implante a medida nos permitió recuperarla.
Un TAC nos permitió descubrir que vivía con un palo alojado en su músculo temporal, causándole dolor e impidiéndole una vida normal.
Caminaba arrastrando las patas traseras tras ser disparado por un desalmado. Dos meses después de la cirugía ya corría y jugaba.