El Servicio de Medicina del comportamiento imparte formación a las voluntarias del grupo de etología (mayoritariamente estudiantes de veterinaria) para que puedan poner en practica ejercicios de enriquecimiento ambiental, educación básica e incluso programas de modificación de conducta para los casos más graves.

Este apoyo permite tener un conocimiento más amplio de las características del perro para poder escoger la familia de adopción más adecuada, y además lo prepara para que la adaptación a su nuevo entorno una vez adoptado sea los más fluida posible, evitando así las tan lamentables devoluciones al refugio por motivos de conducta.