- El ‘Manual de Buenas Prácticas’ del Colegio de Valencia (ICOVV) ha analizado una muestra representativa de los 434 centros veterinarios de la provincia
- El estudio aporta indicadores clave para que cada centro pueda autoevaluarse
- Los propietarios/gerentes suelen ser veterinarios, con un buen perfil sanitario y carácter vocacional, lo que puede llevar a desatender la gestión empresarial
El Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) ha concluido un ambicioso estudio sobre la situación de los centros veterinarios en esta provincia. Es el conocido como ‘Manual de Buenas prácticas’ del ICOVV y ha sido desarrollado por una consultora independiente.
En este estudio se ha analizado en profundidad una muestra representativa de los centros veterinarios que hay en Valencia, y se han definido los indicadores clave para valorar el funcionamiento de las mismas. El estudio puede servir de guía para que los centros puedan compararse y evaluar su situación.
En líneas generales, y tras aplicar los parámetros que definen la realidad de nuestro entorno profesional, el Colegio concluye que en la mayoría de los casos se cumple con altos grados de calidad en el servicio y se consigue un alta fidelización de los clientes. Por el contrario, se ha confirmado que nos queda mucho por mejorar en lo que a gestión empresarial se refiere.
El trabajo atiende a la distinta tipología de centros veterinarios. De los 434 existentes en la provincia se seleccionaron 30, que representan casi el 7% del global y el reparto se ajustó proporcionalmente a la distribución real del sector en la provincia: se analizaron 6 consultorios, 21 clínicas y 3 hospitales. Todos estos centros se sometieron, de un lado, a un cuestionario de ‘Buenas Prácticas en Gestión Veterinaria’ –con 179 preguntas cerradas en sus procesos operativos- y por otra, a un análisis global, con entrevistas y petición de documentación para extraer hasta 20 parámetros relativos a las finanzas, la situación laboral o la forma de organizar los servicios de la empresa.
Perfil medio
Así, por citar las características del tipo de centro mayoritario –que acapara el 74% de la oferta- la clínica media de la provincia de Valencia tiene en nómina a 2,42 veterinarios, respaldados por 1,14 auxiliares de veterinaria, goza de casi 5.486 visitas al año y algo más de 1.069 clientes, con una media anual por cliente pues, de 5,13 visitas.
Los consultorios, por su parte –que representan el 22% del conjunto de centros- tienen 1,2 veterinarios en plantilla, 0,3 auxiliares de veterinaria, casi 2.300 visitas al año y no llega a 400 clientes de media. Sin embargo, este tipo de centros son los que más fidelizan al cliente, pues disfrutan de 6,14 visitas por cada uno de ellos anualmente. Por último, los hospitales –que sólo son el 1% restante- mantienen 11,42 veterinarios, con 4,67 auxiliares de media y su número de visitas por ejercicio (muchas de ellas referenciadas por los otros dos tipos de centro) se eleva a 8.801 y cuentan con 2.538 clientes, lo que arroja una media menor de visitas, de algo más de 3 veces al año.
El tamaño y las tarifas
Es en esta parcela donde el documento advierte más carencias. El estudio detecta “una tendencia a mejorar la calificación en todos los apartados conforme se incrementa el tamaño del centro. A una mayor profesionalización del gestor, los indicadores de organización y gestión del centro y del equipo, mejoran”.
Más crítico se muestra el informe en lo referente a establecer las tarifas, controlar gastos o aplicar descuentos. “Debemos tener en cuenta que los centros veterinarios tienen costes fijos muy elevados que, a menudo, superan el 70% de los ingresos de su cuenta de resultados, siendo la partida de costes de personal la más importante de todos ellos”, describe de forma gráfica el trabajo. Sin embargo, son relativamente pocos los que fijan sus precios atendiendo a un conocimiento ajustado de sus costes o consideran para ello un parámetro fundamental: el coste por minuto del veterinario. Más aún, se advierte que hasta un 37% de los propietarios “basan su política de tarifas en la competencia y esto puede llevar a los centros a vender bordeando sus costes o con márgenes muy reducidos o nulos”.
De otro lado, el estudio alerta de que los descuentos son “útiles como herramienta de marketing siempre que se encuentren dentro de un plan promocional y tengan un objetivo concreto”, cosa que no se da tantas veces como sería deseable.